Madres buscadoras, nada que festejar por Oralba Castillo Nájera en La Jornada.


Se les ve en caminos áridos y yelmos encobadas sobre la tierra; encajan un palo y husmean en busca de un indicio de muerte. Sus miradas están vacías con el apuro de encontrar a sus hijos, padres, hermanas, maridos, esposas, amantes.

–¿Dónde están?, ¿dónde están, nuestros hijos?, ¿dónde están?

El consuelo a sus penas lo encuentran las unas en las otras, ellos y ellas buscan; sí tienen suerte, acarician huesos y prendas rasgadas de sus desaparecidos. Encuentran en la certeza de su muerte alivio, respiran fuera de la incertidumbre. Las hay buscando, indagando desde tiempos de Rosario Ibarra de Piedra quien, con su enjundia y valor para conocer el paradero de su hijo Jesús puso el ejemplo. Juntas alzan la voz, enjugan lágrimas y claman justicia. El colectivo las fortalece, templa su voluntad para proseguir. Son – afirman los zapatistas del EZLN- la parte herida y raíz de la lucha por la vida.

Las desapariciones son un engranaje de la rueda capitalista que se nutre de: venta de personas, incorporación de jóvenes el crimen desorganizado, trata de blancas, venta de órganos, trabajo eslavo y sembrar terror para despoblar, vía el despojo militarizado y criminal, territorios en manos de campesinos, indígenas, ejidatarios pobres. Son miles a los que se les arrebata su vida.

El emblemático día de la madre las halló de luto –¡Nada que festejar! Su presencia se extiende en todo el territorio, no hay rincón de México que no sea cementerio.

Se las ve atravesando calles, tomando edificios públicos, acuerpadas denunciando el fracaso del Estado, al que, las madres de los 43 señalan culpable. ¡Fue el Estado!, un crimen solapado, traspapelado, burlado y perseguido.

A estos pendientes se suman los migrantes, que también han sufrido desapariciones y algunos son enganchados como mano de obra paupérrima. Son las ruedas del capitalismo triturando la humanidad para transmutarla en mercancía. El capitalismo en su avaricia destruye la madre tierra y con ello apuesta a desbaratar redes sociales ancestrales, comunales, esa es la apuesta de su guerra, que cómo en Palestina va por todo.

También se cuelan por las grietas de la hidra capitalista voces, consignas, brazos en alto, cuerpos de pie resistiendo. Son los otomíes en el corazón de la ciudad monstruo, los estudiantes acampando en la UNAM exigiendo alto a la guerra sionista conta Palestina. Son miles en el mundo que despliegan banderas de dignidad, y las buscadoras marcan un camino irreversible ¿Dónde están?, ¿dónde están, nuestros hijos?, ¿dónde están?

Para ellas no hubo mañanitas en la Mañanera, ni ramos de flores perfumados, para ellas la negación de justicia. Contamos con abundantes testimonios de que les ocurre, películas, documéntales, semanarios, libros, foros, marchas, mítines, plantones, nada ha faltado para alzar la voz, y verla estrellarse en los escudos de la Guardia Nacional, Marinos, granaderos, policías, delincuencia. La prensa sumisa, con temor a ser señados en la tribuna mañanera, se pliegan al mandato de reducir la cifra de desaparecidos, muestran personas vivas que se les daba por desaparecidas, lo cacarean como si fueran miles. O se burlan de mamás que encontraron huesos, y alertaron y se movilizaron. Resultó que eran huesos de animales, lo cual cayó como anillo al dedo a madrugador de Palacio, y viene la retahíla –ignorantes, pobrecitas, están zafadas. Batres que nunca aparece cuando se le busca, comparece con sonrisa de oreja a oreja magnificando el suceso. Así se la gastan los de arriba hechos bolas en sus vericuetos electorales. Van más de 33 asesinados entre los contendientes de cualquier color, partido o puesto. Las Fiscalías juran investigar hasta las últimas consecuencias y cada quien para su casa. Será por todo esto y mucho más que las encuestas hablan del gran abstencionismo que se avecina.

Personalmente no creo en la democracia representativa, mucho menos en manos de partidos hechos de jirones, remendados tanto que ya no se sabe la diferencia entre: PRI, PAN, PRD, MORENA, VERDE, PT sus componendas muestran la debacle de los de arriba, brincando al son que les toquen trasnacionales y carteles. Nada de ideologías, valores, propuestas que vayan a la raíz de la podredumbre. Más de lo mismo con cara de mujer, que no tiene nada que ver con empoderamiento feminista, se trata de “damas” que juegan con las mismas barajas; una sumisa al dictador la otra a los empresarios. Capitalistas, colonialistas y paternalistas. Nada nuevo en el panorama de arriba.

Creo en la democracia directa, la que se ejerce en los pueblos organizados que se rigen por usos y costumbres, la toma de decisiones en asambleas y por consensos. Creo en la democracia, paz y justicia de los zapatistas, cuyas valores morales y políticos rebasan al EZLN y se multiplican en pequeñas grandes luchas: madres que no pierden la esperanza, mujeres y hombres que rechazan a los granaderos y Guardia Nacional cuando en Cholula a balazos pretendieron romper el cerco en contra del basurero de muerte; creo en los que no permiten construir el tramo cinco del tren de la muerte en el sureste. Creo como ellos, que mis sueños no caben en sus urnas. Creo en el poder de abajo y a la izquierda, el que se teje abriendo otros senderos. Creo que las elecciones no se deciden en las urnas, de por sí fraudulentas, el dedazo con otras máscaras y el cochinero histórico de los partidos no garantizan ninguna elección creíble. Desde mi rincón, no me interesa engordar o promover a ninguna candidata, de ningún partido. Mis sueños no caben en sus urnas. ¿Los tuyos?

¡Justicia para Mafer!

¡Libertad para Assange!

¡Alto al genocidio en Gaza!

Publicado por mujeresylasextaorg

Mujeres que Luchan, adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Anti patriarcales y Anticapitalistas

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